Ahora la Dirección General de Turismo nos envía el proyecto: "Solicitud de concesión de aprovechameinto de aguas públicas en el término municipal de la Hermandad de Campóo de Suso, para la innivación artificial en Alto Campóo" para que presentemos alegaciones al mismo. Este proyecto es una aproximación de lo que puede ser, porque ya nos hemos leído tres proyectos parecidos, con cifras que no coinciden en casi ningún apartado, sea técnico ó económico. Y nos piden opinión, eso que llaman participación de las partes interesadas, y resulta que llevan todo el verano trabajando (lo indican claramente el proyecto y el Estudio de Impacto Ambiental enviados), cuatro meses zanja va, tubería viene, movimientos de tierra, perforaciones, desmontes, explanaciones… con todo tipo de maquinaria por Alto Campóo. Esto es sencillamente una burla. Eso si, sin cumplir ni los plazos ni los trámites establecidos legalmente y de obligado cumplimiento.
Alto Campóo es ejemplo de cómo degradar y triturar el paisaje sin ningún miramiento de sostenibilidad. Sólo hay que darse una vuelta, cuando se retira la nieve y ver las zanjas y la capa vegetal arrasadas de las pistas y su erosión de años, que siguen igual que cuando se hicieron, sin ninguna rehabilitación ambiental. En otros lugares, todos los años y con esmero y cuidado. Gozamos de una estación que no nos merecemos. Desorganizada, mal cuidada y cara para lo que ofrece. Y más cara será si logran poner los cañones, pues suponen gastos diarios de miles de euros, que repercutirán en el pase “forfait” de cada cliente.
Ya les habrán explicado bien a los Ayuntamientos de la comarca que lo que va para éste negocio, se lo van a quitar de otras inversiones más necesarias e imprescindibles para los habitantes de Campóo que no viven de éste turismo tan concreto. Nos hemos olvidado de que en los años 80 se enterraron 5 millones de euros en otros cañones de nieve que nunca funcionaron y nadie asumió responsabilidades. Con la crisis actual no es de recibo plantearse este derroche económico y energético de nuevo.
La viabilidad económica y ambiental de los procesos de desarrollo locales deberían basarse en una planificación a medio y largo plazo, para detectar y evaluar adecuadamente los recursos existentes, prevenir los riesgos y minimizar el impacto ambiental de las actividades, conociendo las potencialidades y los obstáculos, evitando el dominio y la dependencia del turismo y el ocio, para evitar la sobrecarga del territorio.
Nos oponemos por tanto a éste disparate en un área de montaña muy deteriorada, que es área LIC (ES1300021), que linda con el Parque Natural de Fuente del Cobre-Montaña Palentina, zona de protección del oso pardo cantábrico. Se produciría una alteración permanente de los caudales del río Hijar al captar en esas balsas durante todo el año sus aguas desde su nacimiento, además de movimientos de tierras, zanjas, registros, depósitos de combustibles contaminantes y mucho hormigón.
El uso de los cañones tiene un gasto energético inmenso. Cada m3 de nieve contiene 400 - 450 litros de agua. Para innivar 1 Ha con un espesor de 25 cm se tiene que producir 2. 500 m3 de nieve, para lo que se necesitan 1 millón de litros de agua, sin contar la que se evapora y la que se pierde. Una bomba de fabricar nieve necesita 60 - 80 bares (atmósferas o kg/cm2). Los consumos eléctricos habituales son de 150 - 300 KW. Aquí hay según las últimas cifras 104 cañones.
Por lo tanto es un proyecto insostenible ambientalmente y ruinoso económicamente. Las montañas y los espacios protegidos mejor conservados son los únicos que atraen más turismo tanto en verano como en invierno, y es ése el motor para un desarrollo de calidad, social y ambientalmente sostenible.
Documentos adjuntos: Alegaciones cañones de nieve
FUENTE: Ecologistas en Acción. Cantabria, Octubre 2009