Bifurcando a la izquierda volvemos a tomar otra senda, tupida en árboles y con poca inclinación y que se va aclarando a nuestra derecha. Tras parar en una fuente a reponer existencias de agua y ante un tiempo frío pero benévolo, iniciamos la parte más dura de ascenso, no sólo por la pendiente (básicamente en la parte final) sino por el firme lleno de piedras (en un principio) y de una fina capa de hielo y nieve al final. La ascensión hasta el puerto del alto de las Rozas se hizo también dura por el progresivo descenso de temperatura. Aun así, coronamos e hicimos la fotografía de grupo de rigor.. Nos cruzamos con un grupo e excursionistas que descendían de la Peña de la Cabra y por un sendero helado en muchos tramos, conectamos con la carretera a Puebla, por la que descendimos hasta tomar un desvío en el que tomamos un sendero con suaves bajadas, subidas suaves y vistas maravillosas del Pico del Lobo y aledaños. Desde ese punto el grupo se fragmentó en tres de cabeza y dos de cola. 

Durante este bello tramo combatimos el frío con pedaladas intensas en un camino de montaña colgado desde el collado de las Palomas de las laderas del valle de la Puebla. En varias ocasiones nos cruzamos con vehículos del cazadores que volvían, ya sobre las 14:30 horas, de la faena cinegética.  

Hubo un hecho sorprendente y espectacular digno de ser mencionado: A la vuelta de una curva, después de dejar a atrás un grupo de cazadores nos encontramos de frente, a una distancia no superior a 10 metros con un grupo de unos 20 buitres que debían estar rindiendo cuenta de los despojos de los cazadores. Al percatarse de nuestra presencia, al igual que las palomas de un parque, remontaron vuelo hasta planear sobre nuestras cabezas. Imaginad el remonte de 20 o más aves con alas de casi dos metros y picos de 20 cms… 

Continuamos nuestro camino, pasando por una fuente helada hasta el puerto de Torrecilla y desde allí iniciamos un descenso rápido hasta sólo un km del pueblo del Atazar, donde rendimos cuenta de unos buenos judiones, caldo y chorizo de la olla en bocadillo. El primer participante llegó tras 5 horas y 44 minutos de ruta. El último, una hora después.

 

El balance fue una ruta muy intensa y dura en ascensiones, pero con un paisaje, sobre todo en su segunda parte, espectacular.

   

Vale 

Toni