A.D. Grupo de Montaña Pegaso

Sierra de Los Filabres (Almería)

3 al 8 de diciembre de 2021

Sábado 4 de diciembre. Ascensión a la Tetica de Bacares (2.084m)

Primer día actividad de este largo puente de la Constitución.

Hoy iniciamos nuestra andadura por la Sierra de Filabres. Estaremos 5 días por la zona recorriendo este pequeño rincón poco conocido, al menos para mí, de la sierra Almeriense de Filabres.

El día comienza como todos, despertador, ducha, mochila y desayuno (café y tostada de aceite con jamón).

Es un día despejado, no se atisba nube alguna, una pequeña brisa de aire nos acaricia, no tenemos sensación de frio a pesar de la época del año, la zona y la altitud a la que nos encontramos (1.200 m).

Son poco más de las 8:30 h. y, “l@s 27 montañer@s” que componemos el grupo, iniciamos la marcha que parte desde la misma puerta del hotel.

Comenzamos descendiendo, unos pocos metros, por las calles del pueblo, giramos a la izquierda por una senda poco clara que nos conduce a una zona de huertos y terrazas de almendros, creo que nos hemos metido en alguna propiedad privada.

Atisbamos, al fondo del valle, una pista sobre un arroyo, descendemos, en pocos minutos estamos sobre ella, aquí comienza la ascensión.

Poco a poco, el grupo se dispersa, se va fragmentado en pequeños subgrupos, en el que yo estoy pronto está a la cola del pelotón, o eso pensamos.

La subida, de pendiente constante y no muy pronunciada, es cómoda, el paisaje, de pinares, agradable.

En el ascenso nos vamos encontrando con cruces de pistas, pero no hay confusión posible (o eso pensábamos). Seguimos de frente, mirando cara a cara a la omnipresente Tética (me pregunto el porqué de ese nombre). 

Cuando llegamos a la cuerda la pista y el pinar finalizan, al principio se reconoce una traza de senda con hitos dispersos pero visibles que nos conducen hacia un promontorio rocoso, lo rodeamos por la izquierda e inmediatamente nos encontramos al pie del último tramo de la ascensión, es el de mayor pendiente, el de peor firme, está algo helado, solo 100 m de desnivel nos separan de la cumbre, pero son los peores.

Poco a poco, gota a gota, ascendemos, cuando estamos llegando al final nos topamos con un murete de mampostería, el que sustenta la carretera a las antenas de la Tetica. Una vez sorteado, no sin alguna discusión conyugal, vemos que un grupo numeroso de personas se acerca, son parte de nuestros compañeros que han ascendido, por haberse despistado en un cruce, por donde tememos que bajar.

En la cumbre el viento que nos acompaña desde hace ya algún tiempo es desagradable, se hace incomodo, pero, por fortuna, nos podemos refugiar tras las construcciones existentes en la cima.

Desde la cumbre (2.084 m) contemplamos las vistas que, en 360 º, nos permiten divisar:

Sierra Nevada (Picón de Jérez, la Alcazaba y El Mulhacén (asoman detrás del Calar Alto), más la parte almeriense (Cerro Almirez, el Buitre…); Sierra de Gádor; Bahía de Almería; Sierra Alhamilla (Al Faro,Cerro del Palo o del Fuerte, el Puntal, Colativí y Cerro Mina); Sierra de Gata (Los Frailes y Mesa Roldán); Sierra de Cabrera; la costa de Mojácar y Garrucha; La Muela, Maimón y Sierra de María; La Sagra; Sierra de Castril; La Hoya de Baza, el Jabalcón y Sierra de Baza. En sierra de los Filabres: el pueblo de Bacares, el Cerro Layón, el Calar del Gallinero y el Calar Alto; y en dirección contraria, el Cerro de Monteagud, coronado por la ermita del mismo nombre. Piedra Lobera, monumento natural, se alza en el valle del Almanzora; y al Este, en un plano cercano, la cabecera del río Sierro. 

Es la hora de reponer fuerzas, tomamos un plátano, unas almendras y algunos dulces, comentamos las impresiones de la ascensión y es este momento distendido Jesús presenta a los nuevos, y no tan nuevos, al cachas y sus amigos.

El grupo que ha ascendido por el camino inicialmente de descenso nos advierte de que la subida ha sido complicada “la pendiente es fuerte, el terreno está algo suelto y no hay sendero”.

Aun así, y por no repetir camino, decidimos bajar por la “muerte”. La bajada, que alguno la hacemos muy lentamente y con suma prudencia, no es peligrosa, a lo más que nos exponemos es a algún culetazo. Descendemos por terreno variable, a veces prácticamente llano, a veces con fuerte inclinación, suelto, … Ya vemos la pista, está, aparentemente, a un tiro de piedra, aunque aún nos queda atravesar un pequeño pinar aterrazado, llegamos a la pista ¡por fin!.

Nos quedan poco más de tres kilómetros hasta el hotel, alrededor de una hora calculamos, aún es pronto y como el día es agradable, caminamos con tranquilidad, la pista por la que vamos discurre entre bancales de almendros y algunos otros frutales que intentamos reconocer.

Llegamos a un cruce y un pequeño cartel indica “ruta del colesterol”, por ahí hay ir, se trata de un bonito camino centenario empedrado y de fuerte pendiente que curva tras curva nos conduce a Bacares, entramos por su vega junto a su pequeño castillo que aprovechamos para visitarlo.

Son poco más de las 5 de la tarde, finalmente, y sin contratiempos, llegamos al hotel. Aún tenemos tiempo de disfrutar, en su terraza y junto a otros compañeros, de una cerveza y de los últimos rayos de sol del día.

No quiero dar por finalizado este pequeño relato sin expresar mi agradecimiento

A Nacho, por el trabajo realizado y, sobre todo, por los buenos ratos que me ha hecho pasar durante estos días.

A todos los compañeros que, en algún momento y pacientemente, nos has acompañado a María José y a mí en la cola del grupo.

Domingo 5 de diciembre. Subida al Cerro Las Hoyas

Como el día anterior, la ruta comenzó desde el mismo pueblo de Bacares, pero esta vez desde la parte alta del pueblo, por lo que primero tuvimos que subir a la plaza del pueblo y a continuación, coger una calle empinada que nos llevó al depósito de agua donde tomamos una pista de tierra primero y unos doscientos metros después continuamos por una senda que faldea por la ladera del cerro Prados Altos y atraviesa las fincas de almendros, hasta llegar a un cortijo habitado. En el cortijo volvimos a retomar una pista que nos llevó hasta un conjunto de diversas construcciones en ruinas con paredes de pizarra y techos derruidos. A lo largo de la pista se podía contemplar el barranco a nuestra derecha, con pequeñas casas repartidas por la ladera. El barranco ya no cuenta con ningún   arroyo, y únicamente se podían ver algunos pequeños charcos.

Después de un kilómetro de pista volvimos a retomar un sendero que se volvió mucho más estrecho cada vez, con tramos llenos de maleza y otros con la traza apenas visible que nos obligaba a estar pendientes continuamente del GPS. En un punto dato, junto a lo que se conoce como el cortijo de los Carreños, el camino descendió hasta el fondo del barranco, donde se encuentran los restos de una casa y continuación volvió a subir por la ladera mediante un sendero con escalones y contrafuertes de pizarra que desembocó en una ladera de pinos de repoblación por la que ascendimos hasta alcanzar una nueva pista que nos condujo al Corral de Blas, desde donde solo quedaba ascender por la ladera de pinos hasta alcanzar el pico de las Hoyas (2.017m). Desde la cumbre se podía apreciar perfectamente el desierto de Tabernes con sus invernaderos y más allá el mar Mediterráneo que brillaba bajo un cielo despejado.

Después de descansar y comer algo, continuamos por la cuerda en dirección noreste, siguiendo una pista que bordea un primer cerro con los restos de un edificio de vigilancia forestal, después continuamos hasta la siguiente cima y desde allí empezamos a descender en dirección al pueblo de Bacares.

La bajada la realizamos por pistas desiertas atravesando primero pinares y luego las fincas de almendros. Algunos árboles contaban todavía con algunas almendras que algunos recogieron para comer a continuación.

Las pistas de tierra nos llevaron de nuevo al depósito de agua donde habíamos iniciado la marcha y a la plaza del pueblo, donde fue inevitable detenerse a tomar una cerveza y a degustar las sabrosas tapas del lugar. 

Lunes 6 de diciembre. Subida al Calar Alto

Esta vez tenemos que coger los coches para poder llegar al inicio de la marcha, el Collado del Conde, que se encuentra en una curva de la carretera que luego conecta con la carretera del observatorio. Después de aparcar los coches nos dirigimos en dirección norte para ascender al primer cerro de la ruta, el Alto del Calar del Gallinero, una loma redondeada de 2.049 m de altura, que resulta ser la tercera cumbre más alta de la Sierra de Filabres después del Calar Alto (2.168 m) y la Tetica de Bacares (2.168 m). La cumbre está completamente despejada y cuenta con una construcción abandonada de dos plantas, que suponemos dedicada a la vigilancia forestar. Desde la cumbre continuamos en dirección norte para descender al Collado de las Cabañas, desde donde continuamos ascendiendo hasta una pequeña cota.

En ese punto tenemos que iniciar el descenso hasta prácticamente llegar al pueblo minero abandonado de las Menas, siguiendo un barranco sin un camino claro, atrochando entre zarzas y brezos. En un momento dado se corta una pista forestal, que algunos tomamos a la vista de que si seguimos el barranco, aunque sea el camino más corto, tendríamos que descender para luego ascender de nuevo hasta la pista.

El track propuesto por el Club continua en dirección sur en dirección al Calar Alto siguiendo la misma pista forestal. Algunos decidimos evitar la pista ascendiendo al cerro que queda a la derecha, el Calar de los Sapos, una vez alcanzado este, continuamos por el cordal hasta que no tenemos más remedio que descender a la pista de nuevo, junto al Cortijo del Conde, donde aprovechamos para comer.

Después de descansar, continuamos por la pista pasando junto a una fuente y después tomar un desvío para subir a la cuerda del Calar. El camino atraviesa bastantes neveros y muchos pinos caídos que atravesamos sin grandes problemas hasta alcanzar un ancho cortafuego que nos conduce hasta la cuerda, donde en unos treinta minutos llegamos a las edificaciones que forman el observatorio y alcanzamos el vértice geodésico del Calar Alto, que con 2.168 m es la cota más elevada de la Sierra de Filabres y donde hacemos unas cuentas fotos.

Hasta el año 2018, las instalaciones constituían   el Centro Astronómico Hispano-Alemán, que fue fundado en 1973 tras un acuerdo entre los gobiernos alemán y español. En 2005 se firmó un acuerdo por el cual el observatorio pasó a ser operador conjuntamente por el Instituto de Astrofísica de Andalucía - CSIC en Granada y el Max-Planck-Institut für Astronomie en una proporción del 50% cada uno. Desde 2019, con la salida del socio alemán y la entrada de la Junta de Andalucía en la Agrupación de Interés Económico CAHA, AIE, el observatorio pasa a ser 100% español.

Desde el observatorio regresamos por el cordal para volver al aparcamiento del Collado del Conde. 

Martes 7 de diciembre. Alto del Portillo y Piuco María Antonia desde Velefique

El martes el club había previsto inicialmente una ruta circular desde el pueblo de Senes, para ascender al Pico Nacimiento. Sin embargo, a última hora se decidió cambiarla por una ruta también circular desde el pueblo cercano de Velefique, ya que de esta forma se reducía en unos 30 minutos el recorrido en coche.

El camino dio comienzo en las afueras del pueblo, donde se encuentra un bar que cuenta con un amplio aparcamiento donde se pueden dejar los coches. El camino empieza en la parte alta del pueblo de donde sale un camino de herradura muy cómodo de seguir, pasando en primer lugar por un mirador, luego pasa junto a un corral, donde se toma una vereda que se conoce como “Camino Largo”, que posiblemente es la parte más espectacular del recorrido, donde el sendero que tiene un pavimento empedrado repite varios “zig-zag”, Al cabo de un rato se abandona el sendero y se continua en línea recta hasta la cuerda desde donde se sube al Alto del Portillo.

Después de descender del Alto alcanzamos la carretera que habíamos tomado para descender al pueblo de Velefique. Depués de atravesar la carretera continuamos por la cuerda ascendiendo al Cerro de María Antonia (1.936 m), para después descender y continuar por la cuerda hasta que encontramos la senda que desciende hasta el pueblo, atravesando un conjunto de casas con una iglesia, denominada la Cortijada de Febeire. Desde ese punto se continúa la pista hasta llegar de nuevo al pueblo de Velefique donde habíamos aparcado los coches. Afortunadamente el bar continuaba abierto y pudimos tomar algunas cervezas y estupendas tapas, con una temperatura primaveral a pesar de ser el mes de diciembre. 

Miércoles 8 de diciembre. La fuentecila - Senda del Escomit

El día amaneció frio, después de desayunar nos dirigimos con los coches al Collado del Conde para tomar desde allí la pista forestal que nos llevaba al comienzo del camino. Al llegar el viento y la lluvia fría hicieron que muchos de los participantes tomasen la decisión de volver a Madrid y solo cuatro o cinco personas hicieron la marcha. Según su relato la ruta es espectacular y termina en las restas de un pueblo abandonado que se conoce en la zona como el “Machu Pichu” de Filabres. Otra vez será.

Coordinador de la actividad:

Ignacio López.