A.D. Club de Montaña Pegaso
Montañismo
Jerte en flor
22-24 de marzo
La actividad fue desarrollada en el valle del Jerte donde predominan los cerezos, época en la cual se encontrarían en flor. Los 20 montañeros, de los cuales estábamos repartidos equitativamente, 10 mujeres y 10 hombres, nos aventuramos en un fin de semana que nos esperaría de todo un poco.
El viernes fuimos llegando escalonadamente, unos hacían paradas técnicas por el camino, para reponer fuerzas, otros para hacer visitas culturales pendientes y otros fuimos directos a lo que nos ocupaba. Y llegaba el momento más esperado de toda la salida, los besos y abrazos de personas a las cuáles hacía unas semanas o un poco más que no veías y que con gran ilusión saludabas. Nos fuimos distribuyendo sin incidentes en nuestros respectivos chozos redondos, y con un aspecto rústico muy trabajado, estaban muy bien equipados.
La cena del viernes fue libre, unos decidieron cenar en Plasencia, otros acercarse a Jerte, y otros trajeron comida para cenar en el chozo. Fue un grupo en el cual cada uno tomaba sus propias decisiones. Nos acostamos con una idea clara en la cabeza, con el track en el GPS, primero, pilones, Garganta Chica, Collado de las Losas, ver el pueblo del Jerte y luego si quedan fuerzas, Garganta de los Papúos.
El sábado nos decidíamos a empezar un nuevo día con ilusión, buena meteo, cerezos en flor y un ambiente de buen rollo nos inundaría toda ruta. Todo ocurre sin grandes cambios bajo los cánones del grupo, te acuestas con una idea clara, y te levantas con una idea renovada, mejorada y propuesta que todo el grupo seguiríamos. Dimos la vuelta al track, empezamos por la Garganta de los Papúos, donde vimos un grupo de aventureros valientes hacer barranquismo. Volvimos al Jerte, nos tomaríamos una cervecita fresquita. Unos decidieron solo visitar ya los pilones de la Garganta de los Infiernos, y otros hacer el siguiente bucle que nos faltaría para completar la ruta larga.
De la ruta larga, la acortamos, por el calor y porque salían más km de los que el track original marcaba, así que en el mapa vimos claro el camino y fue una decisión unánime y aprobada en asamblea.
Una vez nos acercábamos más a las rutas convencionales, como puede ser el tan conocido Camino de Carlos V, nos íbamos encontrado con grupo de personas haciendo diferentes rutas.
Nos encontramos con un grupo que nos llamó la atención a muchos en Pegaso, todos hombres de fisionomías variadas, unos esbeltos, otros fuertes, otros del prototipo de hombre fino. Aquello era un goteo continuo de hombres pasando, a lo cual parecía que íbamos a ver los pibones del Jerte antes que los pilones. Todos pasamos un gran momento.
Después de esta gran anécdota llegaríamos a lo que sería lo más importante del día, los pilones del Jerte. Cuando llegamos fuimos muchos los que nos descalzamos y pusimos los pies a remojo. El agua estaba para valientes y para seres acuáticos, hubo quien duró 10 segundos con los pies metidos y quien estuvo 30 minutos con los pies en el Río Jerte.
Nos encontramos con un grupo que nos llamó la atención a muchos en Pegaso, todos hombres de fisionomías variadas, unos esbeltos, otros fuertes, otros del prototipo de hombre fino. Aquello era un goteo continuo de hombres pasando, a lo cual parecía que íbamos a ver los pibones del Jerte antes que los pilones. Todos pasamos un gran momento.
Después de esta gran anécdota llegaríamos a lo que sería lo más importante del día, los pilones del Jerte. Cuando llegamos fuimos muchos los que nos descalzamos y pusimos los pies a remojo. El agua estaba para valientes y para seres acuáticos, hubo quien duró 10 segundos con los pies metidos y quien estuvo 30 minutos con los pies en el Río Jerte.
Una cuerda larga que nos llevaría hasta Mojón Alto y una bajada prominente por la Garganta de San Martín. Muchos pensaron que sería un mojón, pero es el mojón donde se verían unas vistas alucinantes de la Sierra de Gredos, donde surgirían los debates de todos los picos que estábamos divisando. Un gran momento para disfrutar de las últimas horas de la actividad.
Nuestro compañero de aventuras, Marian, haría de las suyas poniendo su marca personal por el camino. Se puede ver como los efectos de la gravedad y el equilibrio están en perfecta armonía.
Y con este gran fin de semana, queda inaugurada la temporada de primavera verano en Pegaso. Espero que hayáis disfrutado de la lectura y podamos contar más historias juntos en el monte.
Esta actividad se metió con calzador en la programación, y tengo que dar gracias a las personas que lo han hecho posible que son las que verdaderamente están detrás de esto. Lo primero son los participantes, porque sin ellos, esta aventura se hubiera quedado en meras palabras e ideas, segundo y no por ello menos importante dar las gracias al vocal de montaña que acoge mis ideas, aunque sean ideas locas y sin patas. Y otras personitas que me ponen los pies sobre la tierra cuando necesitaba un punto apoyo. Ha sido un placer compartir este fin de semana.
¡Hasta la próxima aventura juntos!
Coordinadora: Irene Del Moral