Travesia y cumbres del Rif, Marruecos.

 

 

 

A.D. Grupo de Montaña Pegaso

Montañismo

Marruecos

24 de febrero a 3 de marzo de 2024

 

 

 

 

 

Primera actividad internacional de 2024, un año que viene cargado de salidas al extranjero, pues hay otras 4 planificadas en el calendario.

La idea de esta actividad surgió el verano de 2023, en el Viaje al Kilimanjaro hablando con una compañera de Ceuta que ya había estado por la zona me dio la idea. Luego fueron muchos días de consultar mapas, posibilidad de alojamiento, crónicas de otros montañeros por la zona, rutas de agencias. Pero veía que ninguna agencia ofrecía un trekking ascendiendo a las principales cumbres, y viendo mapas. Distancias y desniveles, parecía posible.  No iba a ser una ruta fácil. Pero en Pegaso ya se han hecho cosas parecidas.

Coordinar una actividad internacional directamente sin agencia es complejo, sobre todo en un país donde se habla otro idioma y no hay forma de contactar con los alojamientos por escrito, Y si por fin lo consigues, te responden con una frase en árabe que ni el traductor de Google te aclara lo que quiere decir. Pero bueno, ya había estado tres veces anteriormente en Marruecos y al final todo sale más o menos bien. Eso sí hay que asumir que allí las cosas funcionan de otra manera, Y dadas las circunstancias, será mejor así.

Con todo esto planteo la actividad para un grupo reducido, (no más de 8 personas) y con experiencia. Modo de apunte “lista provisional”. Días antes de abrir la inscripción me entero gracias a un compañero de Pegaso que el Ramadán este año 2024 va a coincidir con las fechas inicialmente previstas para la actividad. Por otro lado, aunque la actividad la había planeado cruzando el estrecho en Ferry atendiendo a la sugerencia de un interesado ofrezco la posibilidad de que si alguien quiere ir en avión puede formarse un grupo adicional que viaje en avión y se encuentre con el grupo que llega en Ferry en Tánger o Chefchauen. Con estas consideraciones formulo en el apunte sendas preguntas sobre si se prefiere cambiar la fecha y si se quiere viajar en avión.

 

Llegado el día de inscripción, entre los interesados en lista provisional, la mayoría prefiere cambiar las fechas para no coincidir con Ramadán, por lo que se adelanta dos semanas y se replanifican los alojamientos en fechas.  Se forman dos grupos de 4 personas, 4 para avión y 4 en ferry. Sin embargo, a la hora de comprar los billetes, todos excepto el coordinador se decantan por viajar en avión obligando a una nueva replanificación. Es lo que pasa con dar tantas opciones. Con todo esto, no se ha conseguido contactar con todos los alojamientos previstos, por lo que nos vamos con un punto de incertidumbre. ¡Es lo que tiene aventura!.


Viernes 23 de Febrero

El grueso del grupo viajará al día siguiente a Tánger en avión desde Madrid, con llegada prevista a las 14h. Yo como coordinador quiero llegar un poco antes para recibirlos, así que me había sacado un billete de ferry desde Algeciras a Tánger Med a las 12h, (llegada prevista a las 13:30). Pero resulta que recomiendan estar embarcando hora y media antes, esto es; a las 10:30. Después de ver las diferentes opciones de viaje veo que lo tengo muy justo para llegar en transporte público ese mismo día a Algeciras con el margen recomendado, por lo que decido partir un día antes y hacer la noche del viernes en Algeciras. Incluso dio tiempo este viernes a hacer una ruta de unas 4h por el entorno del Río de la Miel en el Parque Natural de los Alcornocales.

   

Sábado 24 de Febrero

Me levanto sin prisas y me dirijo al puerto de Algeciras, con unas 2h de margen antes de la salida del Ferry, resulta, que el Ferry anterior que debería haber partido a las 9, aún no ha salido, por lo que me cambian la tarjeta de embarque a este, y aun así aún tengo que esperar casi 1h hasta que el barco zarpa cruzando El Estrecho.

  

El barco va casi vacío. Apenas media docena de coches y unas 30 personas, lo que puede ser tan solo un 5% de su capacidad.

Poco antes de las 13h, atraco en Tánger Med, el nuevo puerto marroquí de gran calado en el Estrecho. De allí a Tánger ciudad hay 45 km. Tardo poco en pasar el control de pasaporte y salgo de la terminal de embarque. Varios taxistas se ofrecen para llevarme a Tánger pero para mí solo me saldría bastante caro. Como no tengo mucha prisa voy andando hasta la carretera donde me han indicado que pasan autobuses de línea. En unos 15 minutos de espera pasa uno, y una hora más tarde ya estoy en Tánger, junto a la estación de tren. Miro el mapa que me había descargado en el móvil y veo que estoy a unos 3kms del alojamiento situado dentro de la medina. Decido ir andando por el paseo marítimo y aprovecho para cambiar algo de dinero.

Llego al Hostel pasadas las 14,30, me conecto a la WiFi y recibo un mensaje de los compañeros que acaban de aterrizar. Algo más de una hora después por fin llegan. Ya todo el grupo reunido y distribuidos en las habitaciones subimos a la terraza a matar el hambre con un Tajín de atún y calamares que nos ha recomendado el gerente del Hostel.

Aprovechamos el resto de la tarde recorriendo las calles de la medina, subiendo hasta la Kasbah donde tomamos un “te” (sin te, solo menta) y terminando el un restaurante del puerto pesquero donde hacemos cuenta de un estupendo plato de fritura variada que en España podría costar tres veces más.

Domingo 25 de Febrero

El día anterior habíamos visto un sitio con buena pinta para desayunar y allí nos dirigimos todo el grupo. Casi todos pedimos el desayuno Español, que de Español solo tiene el nombre, y comentamos la mejor manera de viajar a Chefchauen. Había visto que había un bus de la CTM (la empresa de autobuses de más calidad de Marruecos) que sale a las 12:15, pero la estación está a 5kms de nuestro alojamiento. Hay tiempo para ir andando pero como está lloviznando todos excepto Lola R. y yo deciden ir en Taxi.

Tardamos menos e 1h en llegar caminando a la estación y aún quedan 45 minutos para la salida del bus, que pasamos tomando un té en el bar de la estación. 

El viaje dura unas 2h y media largas, pasando por Tetuán donde se bajan y suben nuevos viajeros. Al llegar a Chefchauen vamos derechos a nuestro hotel. En línea recta está a menos de 1km pero hay que subir una empinada cuesta, entrar en la medina, y acertar en el laberinto de callejas con las que conducen a nuestro objetivo,  Una vez distribuidos en las habitaciones buscamos un lugar que nos han recomendado para comer. Antes de llegar nos sorprende sonido de tambores y música en la calle. Se trata de una despedida de soltera moruna. Invitan a unirse a la fiesta a las chicas del grupo. No hay que desperdiciar estos momentos de diversión improvisada. Ya en el restaurante comemos, unos Tajín, otros cuscús y todos zumo de frutas de naranja y aguacate.

Tras la comida y vuelta al hotel dedicamos el resto de la tarde a pasear por Chefchauen y su entramado de callejas empinadas, unos pocos subimos hasta una mezquita que se levanta sobre una colina cercana con muy buenas vistas de la ciudad. Y ya de noche, reunidos de nuevo todo el grupo, David nos lleva hasta un lugar que él conoce, y donde se puede beber cerveza, cerveza y tapa, pues con pagar la bebida te traen varios platos de aceitunas y pescado frito.

Entre que habíamos comido tarde, y las tapas de la cerveza ya no queda apenas hambre, pero sí que apetece un zumo de frutas como el que habíamos tomado a medio día. Regresamos recorriendo otras zonas de la medina y pasando por el barrio judío, pero tardamos bastante en encontrar un sitio abierto para poder tomarlo.

 
Lunes 26 de Febrero

Las previsiones meteorológicas anuncian fuerte lluvia hasta las 2 de la tarde. Decidimos cambiar la ruta original y plantear un recorrido algo más corto, pero sobre todo, donde los últimos 8 kilómetros son todo por pista o carretera sin asfaltar. Si salimos tarde y se hace de noche, andando por pista siempre resulta más fácil.

Sin prisa salimos a desayunar, unos lo hacemos en el bar de la Plaza Chica y otros buscan otro sitio no tan auténtico pero con mejor pinta. Vamos hasta fuera de la medina buscando un mercado para comprar algo de provisiones para las comidas de los próximos días. Dedicamos la mañana paseando por Chefchauen si la lluvia lo permite, y quedamos en reunirnos a las 13:30 en el Hotel para empezar a andar si para la lluvia. Eso nos da un margen de 6h de luz, que para recorrer los 15kms puede ser suficiente.

A las 12:30 cae un aguacero bien fuerte. Pobre de quien no le pille a cubierto. Nos reunimos en el hotel y bien pertrechados con chubasquero, paraguas, cubre-mochilas… esperamos que amaine un poco la lluvia. A las 14h parece que cae algo menos.  Salimos!.

Recorremos las calles de la parte alta de Chefchauen buscando la puerta de la medina que nos saca al camino que debemos tomar. No tardo mucho en encontrarla y ya fuera de las murallas vamos ascendiendo, primero por escaleras y luego por un camino arriero suspendido en la ladera de un barranco dejando atrás la ciudad azul.

Tras remontar unos 700m de desnivel llegamos a un collado donde paramos a comer algo a resguardo del viento. En ese punto se puede hacer un corto recorrido de ida y vuelta para ascender al pico Jbel El Kelaa, Tres de nosotros nos animamos dejando las mochilas escondidas mientras el resto prosigue la marcha. Hacemos cumbre pero la niebla apenas nos permite tener vistas, volvemos a donde teníamos las mochilas y seguimos la ruta al encuentro de los compañeros. Se pone a llover.

Dos kilómetros más arriba, ya por la pista, los alcanzamos, estamos a unos 1700 m de cota y la lluvia empieza a ser nieve.  Llegamos al collado de Sfiha Telj y dos todoterrenos pasan para uno y nos dice el conductor que van hasta Affeska y que son los que se encargan de la Guite de Etape, Se ofrecen a llevarnos las mochilas en el coche e incluso llevar a uno de nosotros. Como ya todo lo que queda es bajada y solo 7kms, decidimos hacerlos andando, solo uno de nosotros les deja la mochila. La niebla levanta y nos permite ver el valle y a lo lejos, la aldea donde está nuestro destino. Eso nos anima. Minutos antes de las 20h, ya de noche, pero sin llegar a usar los frontales, llegamos al alojamiento.

Nos reciben con un té marroquí, servido en una habitación muy bien caldeada por una estufa central donde podemos poner a secar la ropa. Una hora después, ya duchados, nos ofrecen una estupenda cena con varios platos y dulces. Posiblemente la mejor cena que tuvimos en tierras rifeñas.

 

Martes 27 de Febrero

El día amanece con nubes sobre las cumbres, pero las previsiones son buenas. Tras el abundante desayuno acordado a las 8:30am nos ponemos en marcha, pues la etapa de hoy será la más larga de toda la travesía. Queremos subir al Jbel Lakraa, la cumbre más alta del Parque Nacional de Talassemtane y de todas las que vamos a coronar estos días.

Arrancamos bajando hacia el barranco que hay bajo la aldea. Un grupo de franceses con guía que estaban alojados en el mismo albergue van por delante, pero se desvían a la izquierda tomando la ruta que baja directa a Ackhour. Este será el único grupo que encontraremos en toda la travesía, lo que nos demuestra que la ruta diseñada es totalmente innovadora. Nosotros seguimos barranco abajo hasta llegar a unas juntas de arroyos para remontar el valle de la derecha, por pista y luego por un estrecho camino que nos sube hasta la aldea de Taría.

Atravesamos la aldea y se toma una pista forestal en fuerte pendiente que remonta un barranquillo entre pinos de buen porte, y llega a una zona cultivada. Abandonamos el camino forestal para tomar un sendero que sigue subiendo dejando el barranco a la derecha, y pasando junto a un par de manantiales, nos conduce hasta un collado donde se enlaza con una buena pista, la que conduce a Plaza de España.

Avanzamos apenas un kilómetro por esa pista hacia la derecha, subiendo, para en un momento, salirnos por un senderillo a la derecha. Escondemos las mochilas y ya sin peso vamos a atacar la cumbre. Son unos 3kms de ida y otros tantos de vuelta. Esperamos recorrerlos en menos de 2h.

Vamos ganando altura y pronto empezamos ya a pisar nieve, el sol se filtra entre las ramas de enormes cedros y pinsapos. El día promete, poco a poco y cada vez con más nieve vamos subiendo intentando no perder el camino cada vez menos marcado. Salimos del bosque y entramos en una zona de roca caliza algo difícil de andar, pero la cumbre está cerca, y finalmente llegamos al Jebel Lakraa 2159m.

 

Tras un buen rato en la cima disfrutando de las vistas emprendemos el descenso, algo más rápido y pasando por una vieja caseta de vigilancia que hemos visto desde la cumbre. Al llegar donde dejamos las mochilas hacemos un alto para comer. Son las 15:40 y aún quedan 9 kms de ruta.

 

    

El trayecto que resta hasta Taurarte es principalmente de bajada, alternando pequeños tramos de pista con caminos en mejor o peor estado. El paisaje va variando desde bosques de cedros a pinos y encinas, zonas donde el camino atraviesa bancales de cultivo y la aldea Beni Mohamed. Los últimos kilómetros se hacen largos, pero finalmente sobre las 7 de la tarde llegamos a Taurarte y vamos a buscar el Guite de Etape, Preguntamos a unos trabajadores y nos indican que está en la parte alta de la aldea, yo lo tenía marcado en el GPS en la parte baja, pero habíamos pasado por allí sin ver ninguna indicación. Arriba en la aldea, en un local que parece ser el centro de reunión del pueblo, después de enseñar los mensajes del móvil, me indican que está abajo, por donde habíamos pasado antes. Retrocedemos. La guite está escondida a tras la primera casa, a medio construir. 

Hassan nos recibe, y nos abre e albergue. Se ve que lleva tiempo sin alojarse nadie allí, pero hay camas, mantas, agua caliente y una chimenea que se agradece, pues por la noche refresca bastante. Casi dos horas más tarde nos trae la cena: un Tajin de pollo y abundante pan marroquí. Ha sido un día duro y no tardamos en acomodarnos en los colchones para descansar.

  Miércoles 28 de Febrero

Amanece un nuevo día totalmente despejado. La etapa de hoy es corta y con poco desnivel de subida, mucho de bajada, eso sí. Tras el desayuno típico marroquí a base de té, pan, aceitunas, miel y mantequilla nos despedimos de Hassan y emprendemos el camino. Una veredilla, al principio poco marcada entre bancales, pero que al entrar en el monte se define bien, nos va internando en el abrupto barranco de Oued El Kelaa. Son pendientes casi verticales cubiertas de brezo, lentisco y exiguos pinos que crecen con dificultad en terreno tan escarpado.  Llega un momento que el camino sigue por las repisas de la ladera pero el track indica girar a la izquierda despeñándose por la barranquera. Busco un posible paso y sí, parece que se puede bajar, además se ven ramas cortadas con sierra, como si se hubiera procurado despejar el paso. Por terreno muy pendiente y agarrándonos a las ramas, conseguimos ir bajando y llegar al fondo del barranco. A un centenar de metros a la izquierda se desploma la Gran Cascada de Akchour, sin agua pero espectacular. Hay un rudimentario café. Varias sillas junto a su correspondiente mesita ocupan los pocos rincones llanos con vistas al salto de agua seco.

A partir de aquí el camino está mucho mejor marcado. Se nota que lo normal es llegar aquí remontando el barranco desde Akchour y no por donde nosotros hemos accedido. El sendero va cruzando varias veces el lecho del arroyo, donde ya corre agua totalmente trasparente y tras unos kilómetros va ganando en anchura al igual que el río va ganando en caudal. Se pasan varias zonas con chiringuitos y se llega a otra cascada, mucho menor pero con abundante agua y en un entorno también con mucho encanto.

En los dos kilómetros escasos que restan hasta Akchour vamos cruzándonos con bastante gente. Es un enclave muy turístico y la cantidad de chiringuitos restaurante que hay junto al río es muestra de ello. Llegamos a una pista y aquí había propuesto en el track un bucle para acercarse a ver el Puente de Dios, un enorme arco natural de 35 metros de altura que cruza de lado a lado el barranco. Vamos a ello, pero hay que subir y lo hacemos con mochilas pues no hay lugar para dejarlas escondidas con tanto trajín de gente. Son solo unos 200m de desnivel, pero muy pinos. Merece la pena, no hay duda que el puente es espectacular. Maravillas de la naturaleza. Parada para unas fotos y emprendemos el regreso por otro camino para hacer el bucle circular. Queremos buscar un buen restaurante en Akchour para comer caliente.

 

Justo antes del parking donde acaba la carretera, un restaurante con terraza dando vistas al río pero sobre todo, con una serie de tajins al fuego como reclamo nos hace detenernos.  Pedimos uno de choto y otro de kefta (carne picada), el primero ya lo tienen preparado y nos lo sirven mientras cocinan el segundo. Los acompañamos con zumos de naranja y aguacate.

Desde Akchour al alojamiento solo quedan 6kms de carretera asfaltada cuesta abajo. 5 de nosotros deciden tomar un taxi y se llevan todas las mochilas. El resto: yo y las dos Lolas, bajamos andando. La carretera tiene poco tráfico y el valle es bien bonito, siempre con vistas al Monte Kelti que se levanta majestuosamente al fondo. El objetivo de los próximos días. En el trayecto a pie podemos contemplar tranquilamente los rincones del valle. Pasamos junto un camping de primera categoría con instalaciones de tirolinas y puentes colgantes y por algunas aldeas diseminadas donde hay mujeres horneando pan. Junto a uno de los hornos tenemos la oportunidad de conversar en español con un peculiar alemán de madre hondureña que vive felizmente en Marruecos mucho más libremente que en su patria.

Finalmente llegamos a Rueda, la aldea ubicada ya en la carretera que va de Chauen a Oued Laou, donde tenemos el alojamiento. Cama cómoda y buena cena a base de cuscús vegetal y brochetas mixtas nos reponen para afrontar la etapa del día siguiente que apunta a que puede volver a ser durilla.

Jueves 29 de Febrero

Nuevo día despejado. Desayunamos pronto pues el día anterior habíamos acordado con un taxista de Akchour que nos recogiera en Rueda a las 9:00 para llevarnos al Puente de Afertane sobre el río Oued Laou donde empezaríamos a caminar.

El taxi llega con media hora de retraso cuando ya estábamos negociando con otros conductores el transporte, pensando que ya no iba a aparecer. Mientras los conductores se enfrentan en una discusión con el taxista los 8 nos acomodamos como mejor podemos dentro del taxi, y ya todos dentro no hay más que hablar, el taxista arranca y nos lleva a donde vamos a empezar la ruta. Hay que pagarle algo más de lo estipulado pues cuando acordamos el importe, el taxista había entendido que nos tenía que dejar en un punto más cercano, pues efectivamente el puente está unos 5kms más lejos de lo que había calculado a ojo. En cualquier caso, ese aumento de precio, entre los 8, no llega ni a medio euro por persona.

El Puente de Afertane está solo a 35m de cota y hay que llegar hasta los casi 1000m del rincón donde se asienta el poblado de Tamlout. Pero hay subidas y bajadas acumulando un total de unos 1400m de desnivel positivo en 17 kms.

La etapa comienza con una buena subida por una empinada ladera de orientación este, muy soleada a estas horas mañaneras. Pronto hay que pararse a quitarse ropa y nos quedamos en manga corta. Dos perros se nos unen al grupo y en las sucesivas paradas David les ofrece trozos de mortadela marroquí que había adquirido la tarde anterior y al parecer, no le ha convencido mucho. Los perros sin embargo la devoran con avidez. Hay que estar atento para no perder el camino pues hay momentos que parece dividirse, pero hay que tomar la senda buena, pues sin camino sería imposible progresar entre el monte bajo de romeros, coscojas, madroños, palmitos y lentiscos.

Poco a poco vamos ganando altura y llegamos a la aldea de Ichouroub que atravesamos. Unas pocas viviendas destartaladas de cubiertas metálicas y mucha basura en las calles que más bien son torrentes de piedra y tierra. Aquí el medio de transporte sigue siendo el mulo. Difícilmente puede acceder un vehículo por la pista de tierra que llega solo a la parte alta de la aldea. Allí arriba está lo que parece tuvo que ser una escuela, vacía, y la fuente, seca.

Avanzamos ahora por pista y nos cruzamos con muleros y grupos de mujeres que vienen cargadas con garrafas de agua. Por gestos nos indican que  hay una fuente más arriba y sí, allí está, una pequeña fuente cubierta con un exiguo caudal de 2 litros por minuto a lo sumo. Un kilómetro más arriba de la aldea, Este es el punto de abastecimiento, sin depósito ni canalización, obligando a los habitantes a desplazarse hasta allí para aprovisionarse de agua.

Continuamos por la pista en ligero ascenso atajando algún pequeño tramo por camino, y con vistas al Monte Kelti, al fondo y cada vez más cerca, pasamos por la aldea de Guenfich donde acaba la pista. Un grupo de mujeres lava ropa en la fuente, esta si tiene agua. Un sendero pedregoso desciende 150m de desnivel hasta atravesar un barranco seco y vuelve a ascender por la ladera opuesta. Llegamos a un colladito con vistas a otra aldea más pequeña incluso que las anteriores. Son las 2 de la tarde y paramos a comer. Al sacar nuestras viandas los dos perros que nos acompañan se inquietan y mendigan algo de comida, aunque sean migas de pan.

Tras la breve parada continuamos. Quiero llegar pronto a Tamlout, pues hoy vamos a la aventura. No puede contactar con el alojamiento previsto y no sé lo que vamos a encontrar. No sé si existe aún el, “Cottage de Tamlout” que había leído en alguna referencia. Hay que llegar con margen por si no encontramos nada y hay que trasponer a otro lugar.

El camino nos lleva, faldeando la cara norte del Monte Kelti, a la aldea que habíamos visto. Pasa junto un par de fuentes con buen caudal y alcanza una pista apta solo para buenos todoterrenos. Esta pista nos conducirá ya hasta nuestro destino pasando antes sobre el poblado de Jbala donde destaca el esbelto minarete de una mezquita azul. Un kilómetro antes de Tamlout, para evitar subir innecesariamente 50 metros de desnivel, nos salimos por un caminillo a la derecha que parece dirigirse al pueblo manteniendo la cota. Entre acequias y bancales cultivados, llegamos al poblado.

Me dirijo a donde había marcado en el GPS que estaba ubicado el alojamiento y no veo ninguna indicación. Intento preguntar a unas personas con gestos y parecen señalarnos una de las casas. Llamo a la puerta. Un señor vestido con chilaba nos abre. Es Abdelsalam, el propietario. Nos conduce al piso de arriba de la vivienda donde hay varias habitaciones con camas, colchones y mantas y un salón con catres adosados a la pared cubiertos de cojines y rodeando unas mesitas bajas.

Son las 16:30. Tenemos tiempo para pasear un poco por el pueblo, tomar un te marroquí que nos ha preparado Abdelsalam y volver a dar otro paseo  donde nos integramos un poco con los niños de la aldea. Canciones infantiles españolas, bailes grotescos, y algunas figuras de papiroflexia, divierten a los pequeños y mayores que se han acercado a vernos. No debe ser muy normal que lleguen un grupo de 8 extranjeros. A las 9 disfrutamos de una suculenta cena a base de guiso de patatas con pollo, huevos, y fruta abundante y nos acomodamos para descansar hasta el día siguiente.

Viernes 1 de Marzo

Hoy sería el último día de travesía con mochilas. La etapa no es muy larga pero si tiene un desnivel considerable, pues queremos ascender al Monte Kelti. Habíamos pedido a Abdelsalam el desayuno a las 8:15 para poder salir no mucho más tarde de las 9.  Finalmente es a las 9:25 cando nos ponemos ya en marcha por una ancha senda muy bien construida que a base de lazadas va remontando el barranco hacia el suroeste. Los dos perros que nos acompañaron ayer habían aguardado fuera toda la noche y vuelven a seguir nuestros pasos.

Llegado un momento hay que abandonar la buena senda para tomar un camino estrecho y mucho más pendiente que gana altura hacia el sudeste, hay que estar atento para no perderlo, se pasa una cabaña, un vallado y una fuente, y el camino empieza a ganar altura rápidamente, lo que supone evidentemente más esfuerzo. A las 11:15 llegamos a un bonito manantial con abrevaderos que mana en una pared de roca. En este punto el track que había trazado mirando mapas y fotos aéreas, toma un desvío para hacer la cima del Jbel Keti. Buscamos un buen lugar para esconder las mochilas y ya sin peso acometemos los escasos 2kms que hay hasta la cumbre.

Vamos ascendiendo entre bosque de encinas sorteando un lapiaz calizo y se oyen una especie de graznidos. Los perros arrancan a correr como si estuviesen entrenados para la caza. No son aves los que producen esos sonidos, sino que son macacos de Berbería. Los “monos de Gibraltar”, el único primate que habita en Europa, aparte de los humanos pero que, con seguridad, fue introducido hace siglos desde estas montañas de África. Los vemos saltando y observándonos desde los riscos, en una posición bien segura donde los perros no los pueden alcanzar.

 

Retomando la marcha pronto alcanzamos la cima del Jbel Kelti, 1925m. El día está suficientemente claro, no hay una nube y se distingue perfectamente Ceuta y montañas de la península Ibérica: El pico Aljibe en los Alcornocales, la Sierra de Grazalema y la de las Nieves, Sierra Bermeja, la Sierra de Mijas y más al este, sobresaliendo sobre una capa de bruma unos perfiles muy blancos. Es Sierra Nevada!!, a más de 250kms en línea recta. A sus pies está Granada, mi casa, mi familia. No puedo evitar emocionarme.

Fotos, risas, apretones de manos, algún regalito comestible para los perros que también han hecho cumbre y regresamos. No vaya a ser que los monos hayan dado con el escondite de nuestras mochilas y encontremos algún desastre.

Todo está como lo dejamos. Nos cargamos las mochilas a la espalda y proseguimos. Son las 13:30 y aún queda más de la mitad de distancia para terminar la etapa. Una hora más tarde y avanzados tres kilómetros paramos a comer algo: un poco de fruta sobrante del desayuno, unos dátiles y poco más, pues la idea de hoy era haber llegado al final de etapa a medio día, y no habíamos previsto reservar provisiones, pero aún quedan 6kms de ruta, que al paso que vamos, y con lo pedregoso del camino, podemos tardar otras dos horas.

En marcha de nuevo, dejamos el camino bien marcado que baja a la derecha hacia El Oaydine y Adar, una aldea donde llega una carretera y sería el punto más cercano al Kelti con acceso a vehículos. Pero nosotros vamos hacia Beni Hassan, más lejos, una población más grande ya en la carretera principal, donde espero no tener dificultades para encontrar transporte que nos lleve a Tetuán.

 

Tomamos un casi imperceptible camino que baja hacia un barranco, lo cruza, y al otro lado cada vez más definido va descendiendo progresivamente. Es muy pedregoso y se avanza lentamente pero finalmente alcanzamos una aldea diseminada y más abajo, una acequia y una pista donde ya se pueden dar pasos más largos.

Son casi las 17h cuando llegamos a Beni Hassan, Vemos un restaurante con terraza y barbacoa donde preparan brochetas de kefta. Pedimos un kilo y zumos para todos. Al rato las traen acompañadas de arroz, patatas fritas, pan y salsa roja marroquí.

Ya repuestos hay que buscar medio de transporte para ir a Tetáun, preguntamos por bus pero no nos aclaramos si pasan y a qué hora, Unos taxistas ofrecen llevarnos por 150dh el taxi, Necesitamos 2 pues somos 8 y la capacidad máxima de los Grand Taxi es 6. Finalmente negociamos a 100dh el taxi y nos vamos, eso sí, hay que recoger antes a  la madre del taxista que va a viajar de copiloto en uno de los coches aprovechando que hay huecos libres.

Viajamos a Tetuán. El taxi nos deja en Bab Okla, una puerta de la medina que queda cerca del alojamiento. Llegamos andando, hacemos el check-in y subimos a la terraza para tomar un te de bienvenida. Allí nos está esperando Charo, una compañera de Pegaso, de Ceuta con la que coincidimos tres del grupo el pasado verano en la actividad del Kilimanjaro. Nos va a acompañar el día siguiente en la subida a Jbel Mousa.

Mientras parte del grupo se va duchando salgo con Charo a dar un paseo por la ciudad, la medina rebosa de actividad, llegamos a la plaza del palacio real y regresamos por otras calles al Riad donde nos estamos alojando. Me da tiempo a ducharme y volvemos a salir ya todo el grupo. Como habíamos comido muy tarde no tenemos prisa en buscar sitio para cenar y cuando queremos darnos cuenta están cerrando todos los establecimientos. Finalmente temiendo que nos podemos quedar sin cenar entramos en el primer sitio que vemos aun abierto y nos acomodamos a tomar algo.


Sábado 2 de Marzo

A las 8 empiezan a servir el desayuno y subimos a la terraza para tomarlo a primera hora. Recogemos y con las mochilas a la espalda vamos a buscar un taxi que nos lleve a Belyounech, donde parte la ruta de ascenso al Jbel Mousa, Nos cuesta pasar por varias paradas de taxi hasta que finalmente llegamos a los que hacen el servicio a Fnideq y negociamos dos que nos dejan justo donde arranca el camino. Hay una pequeña tienda, compramos algo y tras preguntar a la dependienta, podemos dejar las mochilas en su casa a cambio de una propina. 

 

El día está despejado pero sopla mucho viento de poniente y hay previsión de lluvia a media día y por la tarde. Dudamos si podremos hacer cumbre pero, sin peso, avanzamos rápido, es buen camino y pronto alcanzamos el collado donde se abandona la senda y se ataca una escarpada lancha rocosa muy empinada hasta volcar una cresta ya muy cerca de la cumbre. Alcanzamos a un grupo de sevillanos con los que llegamos a la cima casi a la vez. Fotos de cumbre y abrazos. Pero hay que bajar. Queremos hacer la ruta circular a ver si acabamos antes de que llegue la lluvia pronosticada.

De vuelta al collado nos agrupamos resguardándonos del viento entre las rocas, y ya todos bajamos por el camino hacia el oeste, rumbo a un puesto militar que se observa abajo al fondo. Allí nos volvemos a agrupar y continuamos ahora dirección nordeste viendo el islote Perejil en frente. Se ha nublado mucho y la lluvia acecha, no tarda en empezar a caer gotas. El paraguas y chubasquero se quedaron en la mochila, así que acelero el paso a ver si encontramos lugar para ponerse a cubierto. No hay remedio, nos mojamos, pero bueno, con el viento, en cuanto para un poco la lluvia se seca uno rápido.

Sobre las 15:30 estamos de regreso en la tienda donde habíamos dejado las mochilas. Unos minutos de descanso y cambio de ropa, y vamos a buscar un taxi que nos lleve a Fnideq, donde está el alojamiento de esta noche. Nos acoplamos 3 en un taxi que ya estaba medio lleno, y 6 en otro. Pero este último llega antes que el primero que había salido antes. Como al llegar a la parada de Fnideq no están los compañeros, vamos hacia el alojamiento por si ya están allí. Un par de apartamentos situados en la parte norte de la población, la más cercana a Ceuta. No están. Recogemos las llaves, dejamos las mochilas y Antonio y yo volvemos a la parada de taxis a buscarlos por diferentes caminos tras haber mandado previamente la ubicación cuando hemos podido conectarnos a la WiFi. Después de recorrer las principales calles de Fnideq y ante la imposibilidad de comunicarme con el grupo vuelvo al apartamento.  Han llegado. En el trayecto en taxi de esta mañana habíamos pasado frente a una farmacia y había indicado a Lola que es donde estaba el apartamento. Pudo orientarse bien para saber llegar.

Mientras nos duchamos picamos algo de lo que tenemos, Charo saca unas lonchas de jamón ibérico que es imposible resistirse. La idea es ir esta noche a Ceuta a cenar y brindar con cerveza y vino. Después de un buen rato en el apartamento, salimos a buscar dos taxis que nos lleven a la frontera que está a escasos 2 km. Tardamos una media hora larga en cruzar y ya es de noche cuando entramos en España. Ahora son tres los taxis que necesitamos pues somos 9, y en Ceuta no podemos ir más de 4 por coche. .En poco tiempo estamos ya todos en El Chorrillo, junto a la puerta de los baluartes defensivos que protegían el casco histórico de Ceuta.

En el interior de la zona amurallada han colocado la meta de la carrera “Cuna de la Legión” que casualmente se estaba celebrando este día. Vemos llegar a los últimos corredores entre música y buena animación. Charo nos guía por lo más representativo de la ciudad: La capilla de la Virgen de África, La catedral, la estatua de Hércules, la plaza de los Reyes y finalmente nos lleva a un bar cercano donde nos acomodamos en la terraza exterior, cubierta y caldeada. Fritura muy variada de pescado, croquetas, mejillones al vapor y que no falte cerveza y vino. Buenos postres y chupitos de hierbas y crema de orujo que rellenamos varias veces. La actividad ha salido redonda, es la última noche y hay que celebrarlo.

Charo, compinchada con los camareros no nos deja pagar. Eso no vale, habrá que compincharse el bando contrario para tomar la revancha. Nos despedimos de Charo, que a pesar de que nos separe un cambio de continente espero volver a verla pronto, y volvemos caminando por la Marina buscando taxi que nos lleve de vuelta a la frontera del Tarajal. Es media noche y llueve con fuerza.

Cruzamos muy rápido la frontera, Las chicas que iban todas en el primer taxi nos han abierto camino y la policía marroquí sonríe cuando le entregamos los pasaportes. Intentamos regatear con los taxistas de Marruecos para que nos acerquen los dos kilómetros que nos separan de Fnideq pero no hay forma, ¡pretenden cobrar unos dírhams más que a la ida! Pues nada, vamos andando, cantando y bailando bajo la lluvia. En la larga cola de coches que esperan paciente o impacientemente entrar en Ceuta, muchos dejan de tocar el claxon y nos aplauden, también la policía marroquí nos saluda levantando la gorra y yo no puedo andar de la risa. Casi sin darnos cuenta llegamos a Fnideq y al apartamento. Yo hubiese seguido otros 2 km más. Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto.

 

Domingo 3 de Marzo

Me levanto pronto mientras todo el grupo, excepto Lola C, aun duerme. Bajamos los dos a desayunar a una cafetería que habíamos visto el día anterior. Vuelvo al apartamento a por la mochila, siguen durmiendo, y regreso a la cafetería para despedirme de Lola en persona y a quien delego el resto despedidas. Tengo que irme ya a buscar transporte para Tanger Med, pues tengo que estar allí no más tarde de las 10:30. Según las indicaciones recibidas, el embarque cierra una hora antes y mi barco zarpa a las 12. Es un puerto grande y no se el tiempo que me llevará en la zona de control de pasajeros.

Voy a la parada de taxis, pregunto y un taxista me indica un coche al que solo le falta un hueco por ocupar, y que va hacia Tanger Med. Realmente va a Tánger ciudad y tengo que pagar la tarifa hasta allí, pero en fin, la cosa funciona así. Me deja en la cuneta de la carretera, en el mismo sitio donde tomé el autobús 9 días antes y andando voy hasta la terminal. Tardo poco en pasar los controles, pues no hay casi más pasajeros que vayan a cruzar El Estrecho, y apenas llevo esperando unos minutos en la sala de embarque cuando me avisan para que me monte en el bus que recorre la zona portuaria hasta el muelle de ferris. Voy solo yo en el bus, y llego al barco que zarpa poco después. Son las 10:30. Me han embarcado en el ferry anterior que ha salido con más de 1h de retraso.

Llego a Algeciras pasadas las 12 del mediodía, tengo más de 3h de margen para dar una vuelta por la ciudad, recorrer el barrio de San Isidro donde me tomo un tercio de cerveza especial en el bar de la plaza, y acercarme al parque del Centenario donde puedo ver los estratos de flysh con Gibraltar al fondo, y volver al puerto. Allí, a las 15:45, he quedado con la conductora de un BlaBlaCar con la que viajaré a Granada.

Ya conectado a la red española de telefonía recibo mensajes de WhatsApp de los compañeros indicando que están embarcando en el aeropuerto de Tánger. Ellos, antes de tomar un taxi directo al aeropuerto que los llevó por la carretera costera, mucho más panorámica que la autovía por Tetuán, dedicaron la mañana recorriendo las tiendas del zoco de Castillejos, (Fnideq), población que al contrario de Tánger, Chauen y Tetuán, no tiene medina por lo que resulta mucho menos interesante. Llegando ya  a Granada recibo un nuevo mensaje indicando que han aterrizado en Madrid. Todo bien. Un viaje redondo para seguir disfrutando en los recuerdos y con un grupo magnifico. Diferentes compañeros pero aportando cada uno lo mejor que puede ofrecer, y sobre todo con muy buen ánimo. 

Mil gracias a todos: Dimka, Lola C y Lola R, Yolanda, Antonio, David y Luis A y por supuesto a Charo que puso la guinda final al viaje.  smilesmile

 

Coordinador: Luis Cano. 

 

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HORARIO:
18:30h. a 21:00h. 
(Sólo días concretos, cuando hay reunión presencial) 
 
 

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