Anie, Petrechema y Mesa de los Tres Reyes

Jueves 4 de Junio 2015 

Este es el día más tranquilo de la ruta con objetivo de hacer cumbre en el Petrechema y volver a dormir al refugio de Linza.  

Bosque de Gamueta    

Desayunamos a la hora prevista y sin más dilación nos dirigimos al Paso del Caballo , al que subimos por un camino que tenemos en frente del refugio, que  se interna en un bosque de impresionantes hayas que dejan atravesar la luz tímidamente, proporcionando un halo mágico al recorrido.

Ya se han formado dos grupos diferenciados cuando nos internamos en el bosque, aunque luego volveremos a unirnos en la fuerte subida al mallo del Acherito. 

Tras una fuerte subida entre riscos y peñas vamos alcanzando la cumbre del Acherito (2.378) y a continuación  toca bajar por una fuerte pendiente, que exige maximizar la atención, e incluso en algún punto echar alguna mano a las rocas colindantes para ayudarnos a destrepar, pero sin mayor complicación.  

En este punto un miembro de la expedición decide regresar al refugio y continuar su camino en solitario. Le damos las pertinentes indicaciones, para que llegue a buen término su ruta. 

   

Una vez llegado al portillo del Sobarcal, hay que subir todo lo bajado y más, para coronar el Petrechema. Algunos pocos se animan a subir al Sobarcal que requiere una trepadilla final previa a encarar al Petrechema (2.371), el buen día permite relajarse y divertirse por el camino. 

Al coronar el Petrechema el grupo se relaja haciendo foto de los participantes, y reponiendo algunas de las fuerzas gastadas. Posteriormente, vamos retornando y  bajando con tranquilidad de vuelta al refugio.  

 

 

La llegada de los montañeros al refugio se realiza con cuenta gotas, dependiendo de las ganas de cerveza que cada uno tenga. 

El miembro solitario aparece, finalmente en el Refugio, ha coincidido con otros dos miembros de Pegaso que se han acercado en coche a saludar, puesto que tienen planeada hacer otra ruta.   

Cena abundante y contundente mientras se comentan las aventuras del día. 

Viernes 5 de Junio 2015:

Este día abandonamos definitivamente el Refugio al que no volveremos hasta el domingo al medio día. 

Después del desayuno copioso, se preparan las abultadas mochilas para estos tres días de travesía que nos esperan. Algunos aprovechan para descargar la mochila de los enseres  que a última hora han decidido que pueden prescindir de ellos y aligeran un poquito el peso a llevar a las espaldas. 

Parada del grupo en el camino a la Mesa de los Tres Reyes            

Otro día que parece que el tiempo nos va a acompañar. Encaramos la subida hacia la Mesa, algunos repitiendo parte del camino de vuelta del Petrechema. Hasta llegar a la bifurcación donde hay que tomar el camino de la izquierda que se se dirige a la Hoya de la Solana, para ascender a la Mesa de los Tres Reyes, y el que sigue de frente hacia el Petretxema. Durante el trayecto realizamos  alguna-s parada-s para quitarnos la ropa que va sobrando, debido a la fuerte subida y al sol que, empieza apretar, para comer algún picoteo y reponer el aliento, para reagruparnos con aquella que se ha quedado sola….y nos vamos acercando a nuestro objetivo del día. 

La subida final a la Mesa requiera alguna trepadita sin complicación, aunque con cierta exposición al vacío, donde es conveniente guardar los bastones.  Ya en la cima el panorama que se vislumbra es indescriptible. Teniendo ante nosotros ‘La France’ hacía donde en  breve nos dirigiremos.

Durante la subida el grupo se ha ido estirando, pero se consigue hacer foto de grupo en la cumbre. 

Unos pocos, además de subir al pico nos acercamos a la propia Mesa, para sentir el peso de la historia y dilucidar si eran los tres Reyes los que se pegaban el palizón de llegar a la cima o eran sus respectivos lacayos los que finalmente se reunían en tan peculiar parlamento.                 

Foto de cumbre en la Mesa de los Tres Reyes (2.428 m)

Una vez coronado La Mesa, empieza la bajada entre lápices y neveros vamos perdiendo rápidamente altura. Descenderemos en dirección Norte al Col des Ourtets (2.184), hacia el Cayolars d’Anaye. En este trayecto paramos para comer como se ve en la foto adjunta.

 

 

De aquí a una amplia Atravesamos un inmenso bosque de hayas que nos regala todo su esplendor y finalmente bajamos a la gran explanada explanada herbosa cruzada por un río, es el Plateau de Sanchèse (1.080 m), donde algunos aprpovechamos y nos remojamos los pies en el fresco río que nacido de los neveros que hemos atravesado hace unas horas. 

La última subida del día para llegar al refugio, resulta muy fastidiosa y bastante farragosa y en algún momento el camino se pierde, pero finalmente alcanzamos nuestro punto final.

En el refugio las habitaciones están muy bien, con sábanas y colchas a estrenar, aunque la cena nos pareció un poco escueta. Es un albergue grande que ese día estaba ocupado, casi exclusivamente por nosotros.  

Sábado 6 de Junio 2015: 

Se sale del refugio Laberouat a una hora temprana después de tomar el consabido desayuno. Formándose debido a los diferentes ritmos de caminar, diversos grupos. Se decide ir por el GR 10 atravesando un bosque y dejando un mar de nubes en el valle a nuestra izquierda según vamos ascendiendo.

Cuando se llega a la cabaña de Ardninet. Se informa al coordinador que hay un grupo que ha decidido ir por el track marcado, que se salía del GR 10 y escogía una alternativa más aventurera. Además en este punto hay un cartel que indica que el antiguo GR-10 está cortado y el nuevo camino obliga a subir al Anie.                 

Desde el bosque que atravesamos se vislumbra el mar de nubes del valle. 

La aproximación al Anie por esta parte está salpicada de diversos neveros y desde esta zona se ve la imponente figura del picacho que pronto vamos a coronar.

 En primer plano unas montañeras agerridas y el Anie al fondo.

Al llegar a su falda unos bloques de piedra marcan la dura subida hasta la cumbre. Con alguna trepada o agarre sin complicación. Las piedras dan paso al último nevero inclinado sencillo y con nieve que se deja pisar, pero con su puntito de emoción.

La cima es alcanzada por los diversos grupos que se han ido formando, según su fortaleza, valentía, rapidez y o ruta escogida.  Dos montañeros aquí, luego otros 3, más allá 4,…..picoteo para no desfallecer, después del exigente esfuerzo derrochado para llegar a la cima y deleite del panorama que nos rodea, adivinando o intentando averiguar el nombre de las montañas colindantes. 

Foto de cumbre del Anie (2.507 m) de uno de los mini-equipos formados. 

No nos entretenemos demasiado, porque todavía queda una larga travesía hasta el refugio francés Jeandel.

La bajada no revierte ninguna complicación, excepto la de elegir el camino correcto entre los múltiples senderos grises que bajan como riachuelos, desde la puntiaguda cima.

Ya en el lapiaz avanzamos a buen paso, el grupo con el que voy se detiene a comer en medio del impresionante mar de rocas. Tras el breve descanso, seguimos a buen paso hasta divisar la estación de esquí de San Martín, donde se encuentra el refugio. Hay que atravesar toda la estación en temporada baja y entre remontes e instalaciones de esquí divisamos por fin, nuestro destino del día la Guite de’Etape Jeandel. 

El matrimonio que lo regenta es amable y ha gestionado el transporte en una furgoneta y un todo terreno para el día siguiente. Vamos cogiendo habitaciones según se va llegando y con solo dos duchas para los 30 sudados y polvorientos traveseros, hay que esperar la vez para conseguir la deseada y merecida ducha. 

Cerveza, comentarios sobre la jornada realizada y cena abundante de especialidades francesas. 

Después de la cena, algunos se animan realizar una especie de danza moderna al ritmo de la música que les proporciona la ‘tecnología moderna’ de los ‘aifones’ y ‘smartphones’ y la inapreciable ayuda del tradicional vino francés que desinhibe y da energía a algunos de los danzantes-montañeros-as, que no parece que hayan subido al Annie, con las ganas con las que bailan.  

Refugio Jeandel 

Domingo 7: 

Coordinadora en la cumbre de la Pakiza (2.108). Salimos en dos grupos con diferencia horaria de 1 hora aproximadamente. El primer grupo sale a las 8 y el segundo a las 9 y nos distribuimos en los dos vehículos y el remolque para las mochilas que también han traído el dueño del albergue y un amigo suyo. 

Las furgonetas nos dejan en el rincón de Belagua. Con el objetivo de ascender a la Paquika y acabar alrededor de las 2 o 3 de la tarde en el refugio de Linza, donde dejamos el pasado miércoles nuestros coches. 

El día es espléndido como lo ha sido el resto de los días anteriores. El camino empieza por lecho del río seco La subida por el bosque es exigente, pero el segundo grupo, del que soy miembro va unido y dándose ánimos entre tanta cuesta. Desembocamos en el GR 12 y lo continuamos durante un tramo para luego abandonarlo y dirigirnos a la base de Lapakiza con paciencia y tesón el grupo va ganando altura por una cuesta trabajosa e interminable hasta llegar al buzón que marca la cumbre de la Pakiza.

 Coordinadora en la cumbre de la Pakiza (2.108). 

Alrededor se ven espectaculares picachos, y entre ellos resaltan las dos cumbres ya coronadas por el grupo en días anteriores: La Mesa y el Petrechema adornadas por el brillo del sol reflejado en sus cumbres.

Descanso para reponer fuerzas y ya solo queda bajar hacia el refugio de Linza por la ancha cresta de la Pakiza, para llegar al collado de Aztaparreta y de ahí internarnos en un bosque de hayas que nos conducirá a la parte de atrás del refugio de Linza. 

En el refugio de Linza casualmente coincidimos con otro grupo de montaña madrileño: el club del CSIC: intercambio de saludos, recuperar el resuello, aseo de emergencia, comida…. todo rápido y ¡Ala! A los coches que nos queda un largo viaje a Madrid.           

Se acaba la aventura de estos 4 días con un tiempo espléndido, habiendo conseguido todas las cumbres que estaban en el programa, disfrutando de la buena compañía de personas con gustos a los tuyos y lo más importante sin ningún incidente-accidente.

Organizadora: Lola R.