Morra de Lechugales

Sábado, 28 de Octubre. Todos los participantes decidimos hacer la opción A, la de la Morra de Lechugales, así que, después de desayunar temprano, cogimos los coches y nos fuimos por la pequeña carretera que va a Tresviso hasta el aparcamiento de Jito de Escarandi, a una altitud de 1.317 metros, y desde allí comenzamos la bonita ascensión. El pico hasta el que subiríamos es el más alto de la zona oriental con 2.444 metros.

>El primer objetivo era alcanzar el pico Boru con 2.129 metros lo que se consiguió sin ningún problema.

Después del Pico Boru continuamos por un cresterío, de alguna dificultad pero sin complicaciones, en dirección sur. Dejando Ándara a nuestra izquierda y Los Urrielles a la derecha continuamos hasta llegar a la cima del Pico Cuetu Tejau.

Desde aquí remontamos la ladera hasta los picos del Jou Sin Terre, que dejamos atrás, y llegamos al cresterio, sin grandes dificultades pero que requería atención, de Valdominguero. Una vez pasada su cima seguimos hasta la Pica del Jierru desde donde accedimos a la Morra de Los Lechugales.

Este pico es un monolito calcáreo que presenta una canal, que veíamos enfrente de nosotros, por la que la subida era más fácil. La ascensión consiste en una pequeña escalada con tres pasos de grado III Inf. Allí había instalada  una cuerda fija aunque nosotros para asegurarnos ese día llevábamos, desde el comienzo de la ruta, una cuerda propia y que los compañeros que iban delante ya nos habían dejado puesta en algún paso anterior algo comprometido. Se hace constar nuestro agradecimiento.

Una vez superado este paso de escalada continuamos por la cuesta que va hacia la izquierda y Llegamos al buzón de cumbre. En la cima tuvimos que extremar la precaución por las posibles caídas ya que el resto de las caras son extremadamente abruptas.

Después de bajar de la Morra por la misma canal, nos dirigimos a la Silla del Caballo  desde donde pudimos divisar el Valle de Liébana y su capital, Potes.

Luego volvimos para  atrás, en la dirección de la Pica del Jierru.     

Antes de llegar a la Pica descendemos por la ladera de la derecha donde, después de pasar unos prados, encontramos una senda bien marcada que nos llevó al Casetón de Ándara. Cerca se encuentra el lecho del lago de Ándara, uno de los más grandes que pueblan los Picos de Europa, aunque solo está el lecho porque fue desecado, como otros de los Picos de Europa, por las explosiones de las explotaciones mineras. Es un terreno kárstico y debieron volar accidentalmente lo que hacía de tapón.

En total tardaríamos unas nueve horas los últimos. Por descontado, los profesionales que iban primero emplearon bastante menos tiempo

Por la noche tuvimos una buena cena.

Domingo, 29 de Octubre. Unos diez componentes de la salida hicieron la opción A, subida a Peña Castil y cueva de hielo, y que, según nos contaron, resultó dura pero muy bonita, sobre todo la cueva situada a 2120 metros de altitud. Todos salimos en los coches de Sotres en dirección a Arenas de Cabrales y en una curva muy pronunciada a la derecha abandonamos la carretera por un pista bien marcada, y con buen firme, en dirección a Áliva. Después de unos dos kilómetros llegamos a Vega de Sotres donde  dejamos los vehículos, pasado un poblado, en una gran pradera a la izquierda.

Desde allí vimos unas cuevas a nuestra espalda, del otro lado de la pista, que bordeamos por su lado izquierdo. De esta manera entramos en el Valle de las Moñetas. Allí seguimos por una senda bien marcada, en dirección NW. Por la margen derecha de la Riega de Camburero.

Según cuentan, la Cueva de Hielo resultó espectacular.Una vez visitada, alcanzar la cima de Peña Castil fue sencillo. El retorno se hizo por el mismo camino.

En total tardaron unas 6 horas.

En cuanto a la opción B, que es la que hicimos el resto de los componentes, subida al pico Escamellau, salimos del mismo aparcamiento que la A.

Entramos en el valle de las Moñetas, dirigiéndonos por su lado derecho hacia la Canal de Fresnedal, poco antes de alcanzar una cabaña y fuente, que se encuentra en su base, vimos una senda  hacia la izquierda que se internaba de lleno en el valle de las Moñetas. Seguimos ésta hasta  alcanzar el Lago de las Moñetas, que tiene un agua cristalina a pesar de la gran sequía.

De allí giramos a la izquierda para entrar en el Vallejón, que es la canal que baja de la Horcada de los Grajos. Subimos por dicho canalón hasta el final alcanzando la Horcada de los Grajos, pasamos a la vertiente de Áliva, atravesamos hacia la izquierda y trepamos, por un terreno fácil, a la cumbre.

La bajada de la cima se realiza por el mismo camino hasta el collado de los Grajos. Desde allí  tomamos la senda en sentido SE, primero de manera abrupta y después de manera más sostenida hasta nuevamente las Vegas de Sotres, donde se encontraban los coches.

En total tardamos unas 6 horas.

En resumen fue un fin de semana bonito, emocionante y con buen tiempo.

Muchas gracias a todos.

Muchas gracias a los que iban delante dejándonos alguna cuerda y a Bonifacio que iba siempre detrás recogiendo a los rezagados.