A pesar de que el día continuaba nublado, pudimos recrearnos admirando el lago de la Restanca y, un trecho más arriba, el lago de Cap del Port.
Rodeamos este último por la izquierda y continuamos subiendo hasta encontrar la pedrera que conduce al Coll de Crestada. A nuestra izquierda, durante un momento en que se disipan las nubes, divisamos las características agujas de las paredes del Montardo.
Al llegar al collado divisamos l'Estany de Monges a la derecha y el Montardo a la izquierda y empezamos a subir hacia el Coll de Montardo, que separa el Gran y Petit Montardo. Una vez en el collado, dejamos a la izquierda el Montardo Petit y empezamos la ascensión de los últimos cien metros hacia la cumbre.
Ya en la cima, comprobamos con desilusión que las nubes nos impiden ver el espectacular macizo de Aneto-Maladeta y sus Glaciares. A pesar de la falta de visibilidad, disfrutamos de la cumbre en buena compañía mientras comemos.
El camino de regreso se hace sin ninguna dificultad hasta el punto en el que nos recogen los taxis. Una vez en el hotel, el grupo se reparte entre el spa, las cervezas y la habitación, dependiendo de los gustos y necesidades de cada uno.
Viernes 14: Besiberri Sur
El día amanece nubloso y lloviznando. Nos desplazamos con los coches particulares en dirección al Valle de Boí y, afortunadamente, nada más pasar el túnel de Viella el cielo se despeja apareciendo incluso el sol. Llegamos al balneario de Caldes de Boí donde dejamos los coches.
Tras encontrar un cartel que indica la dirección del Estany Gémena, el recorrido transcurrió a través de un frondoso bosque (hayas, pinos y abetos) con fuertes rampas en forma de zig-zag. Seguimos las marcas amarillas y, tras cruzar dos puentes de madera dejando el río siempre a la derecha, llegamos al Pla de la Cabana.
Pasamos cerca de la cabaña que da nombre al lugar y seguimos el sendero hacia los estanys Gémena para, después de una exigente subida, llegar al Estany Gémena de Baix.
Rodeamos el lago por la derecha y continuamos la ascensión en fuerte subida por un barranco. En estos momentos comienza a lloviznar y la niebla cubre los picos colindantes, por lo que muchos participantes deciden darse la vuelta y regresar al lago Gémena.
Otro grupo superó el barranco ganando altura pero, debido a las condiciones meteorológicas y a la peligrosidad de la piedra mojada, también decide darse la vuelta cuando faltan unos 400 metros de desnivel hasta la cumbre.
El resto de participantes continuó la subida por un pedregal con piedras de todos los tamaños para llegar al Collado d'Abellers. La vista del macizo y la cresta de los Besiberri entre la niebla es impactante. Finalmente se remató la ascensión por el pedregal subiendo el centenar de metros que quedaban para llegar a la cima. En esta ocasión, tampoco fue posible disfrutar de las magníficas vistas debido a la falta de visibilidad.
El camino de descenso al balneario, donde se encontraban los coches, se realizó por el mismo camino, eso sí, a diferencia de a la ida, extremando la precaución para evitar accidentes provocados por las piedras mojadas.
Sábado 15: Gran Tuc de Colomérs
Para variar, el día también amanece nuboso y amenazando lluvia. Cogimos los taxis hasta Salardú, desde donde nos conducen por una pista asfaltada que nos lleva primero hasta los Baños de Tredós y luego a un pequeño aparcamiento (unos 4-5 kilómetros más arriba) donde comenzamos la ruta.
Seguimos un sendero señalizado “Colomérs” (GR-11), que pasa por una espectacular sucesión de bosques, prados y lagos. Disfrutamos de una de las zonas con mayor densidad de “estanys” de todo el Pirineo. De camino, vemos las indicaciones de dos rutas circulares, marcadas en rojo para el circuito largo (3'30 h) y amarillo para el corto (1'30 h), que parten del refugio situado en el Lac Major de Colomérs.
Seguimos el GR-11 hasta el Estany Obago, el cual abandonamos una vez rebasado el lago para ir ganando altura y pasar por las inmediaciones del Estany de Pòdo y el de Cap de Colomérs, entre otros.
Tras unas tres horas de marcha, llegamos al pie de la pirámide cimera del Gran Tuc de Colomérs, muy vertical por esta cara norte y que no se ataca de frente. En este punto, deberíamos haber visto los dos canales que nos permitirían acceder a la otra vertiente desde la que se ataca la cumbre. La niebla nos impidió toda visibilidad y comenzó a llover, por lo que el grueso del grupo decidió darse la vuelta y disfrutar de los circuitos que rodean los lagos.
Un grupo continuó hasta alcanzar el cordal y pasar a la vertiente sur, rodeando el pico por su base para llegar a un collado por el que accedieron al vértice del Gran Tuc de Colomérs.
Al igual que en las anteriores excursiones, la climatología impidió disfrutar de las vistas y permanecer mucho tiempo en la cumbre.
Todos grupos se reunieron en el refugio de Colomers, donde hubo tiempo de disfrutar de unas cervezas antes de bajar al punto de partida de la ruta, en el que nos recogieron los taxis llevándonos de vuelta al hotel.
Organizador: A. Margallo
